jueves, noviembre 26

SOBRE LA ROMERÍA DE SANTA BRÍGIDA

Como tantos otros, yo fui uno de los que estuvo en la Asamblea de vecinos convocada por la Comisión de Fiestas para analizar lo sucedido en la última romería de Santa Brígida.

Vaya ante todo mi felicitación a la comisión por la iniciativa y por el respaldo obtenido en forma de masiva presencia ciudadana. Está claro que es un tema que nos preocupa a todos los que estábamos ahí porque realmente queremos encontrar una solución para que la romería de nuestro pueblo no degenere de la manera en que viene haciéndolo los últimos años.

Ignoro qué conclusiones extrajo la Comisión tras esa asamblea, supongo que estarán en proceso de reflexión y debate interno y que pronto habrá noticias al respecto. Espero que tengan la lucidez necesaria para encontrar soluciones válidas y aplicables en nuestro municipio, y que se huya de la tentación de cargar todas las culpas contra los que vienen de fuera.

No se profundizó suficientemente en la búsqueda de medidas constructivas que pudieran ser de aplicación para contribuir a la mejora de la actitud ciudadana ante la romería. Sí se escucharon muchas propuestas que tenían que ver con incrementos de la presencia policial, vallado del recorrido, aplicación de ordenanzas restrictivas, etc.

No creo que sea necesario convertir a Santa Brígida en un estado policial el día de la romería, creo que primero tenemos que hacer autocrítica los grupos que participamos con nuestras carretas, carros y carretones, que de todo hay. Se han conseguido unos números muy llamativos de participación (cuarenta y tantas carretas) a costa de permitir cualquier cosa. Tal vez sea hora de establecer unos mínimos para evitar que la romería se convierta en ronería.

Mal favor le hacen a la romería los grupos que en vez de carreta llevan un carrito, tirado a mano, con dos cajas de tomates y cuatro de ron, con un grupo de gente detrás que ni está vestida correctamente, ni lleva ofrenda, ni está parrandeando, ni representa a un colectivo cultural o social del municipio más allá de la simple peña de amigos que se reúne para la romería.

La comisión y los grupos podríamos plantearnos la creación de algo parecido a un código o decálogo del buen romero, aplicable a los colectivos que forman parte de la romería y que sirva para garantizar unos mínimos de calidad que dignifiquen nuestra fiesta y la saquen del desastre en el que se ha convertido últimamente. Hay municipios en los que se premia a los grupos que llevan mejor presentada su carreta y su colectivo, lo cual me parece que está funcionando muy bien, incluso premiando al colectivo ganador con el derecho a representar al pueblo en la Romería del Pino.

Por último, por una cuestión de cercanía y accesibilidad, creo que es imposible evitar que vengan al pueblo centenares o miles de jóvenes de otros municipios, principalmente de la capital. Ahora bien, creo que se pueden hacer esfuerzos por direccionar a los jóvenes hacia un lugar controlable. Me parece imprescindible que se mantenga en el programa la verbena del romero, con su correspondiente lugar acotado para ello (que podría ser incluso la zona de la piscina) y que contara con sus correspondientes chiringuitos. Nuestros gobernantes no suelen tener en cuenta que el botellón es un fenómeno que se da con particular intensidad cuando los jóvenes tienen ganas de divertirse y no disponen de medios para ello. Por tanto, sí a la verbena y sí a los chiringuitos con precios asequibles. Así igual podemos mantener controlados a los prendas que nos vienen de Las Palmas. Miren este video y asómbrense de cómo se vive nuestra romería desde el otro lado.

Es que si estos figuras ya suben así, no quiero ni pensar en cómo estarán a media noche.




Yo he colgado esto porque me parece que son mayores de edad, de fuera del pueblo y por tanto no identificables y además he encontrado el material en Youtube, página pública y accesible para cualquiera. Si alguien cree que los chicos son identificables que me lo comente y lo quito.

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